Teresa Perales: cuando la piscina es un lugar para estar y no solo para ganar

Piscina olímpica vacía con calles en simetría.

Hay un sonido que solo conocen quienes madrugan para ir a la piscina: las primeras corcheras moviéndose, el eco de una puerta, el brillo tímido del agua cuando aún no hay nadie dentro. En ese escenario, Teresa Perales ha pasado media vida. No para coleccionar titulares —aunque los tiene—, sino para sostener una rutina que empezó a los 19 años, cuando una neuropatía le cambió la manera de moverse y el agua se convirtió en lugar de autonomía.

Su historia es conocida y, aun así, sorprende volver a contarla: una carrera larga hecha de constancia, series y días normales. Lo que permanece no es solo el palmarés; es la forma de estar en el agua y fuera de ella.

De los 19 a la piscina: una oportunidad

El punto de partida no fue un golpe de suerte ni una épica repentina. Fue una piscina municipal, una tabla de ejercicios y la decisión de volver al día siguiente. Ese gesto —volver— se convirtió con el tiempo en su sistema.

Teresa Perales en silla junto a la corchera, preparándose antes del entreno. Imagen hecha con IA.

París 2024 en su sitio

En París 2024, Perales sumó una medalla más (bronce en 50 espalda S2) y dejó, además, el récord paralímpico S2 de 100 libre. Más allá del dato, el mensaje es simple: competir, medir, aceptar el contexto y seguir.

El calendario no se detiene

Teresa sujetando la medalla olímpica ganada en París

Los resultados llegaron también después. En 2025, hace unos días en el Mundial de Singapur, firmó plata en 200 libre S2. De nuevo, la misma imagen: esperar el momento, entender los ritmos, aparecer cuando cuenta.

Lo que sostiene una carrera

Entre podio y podio hay algo menos visible: entrenar cuando toca, parar cuando toca, asumir que no todas las sesiones son perfectas y que, aun así, suman. Perales habla de sistemas más que de impulsos: fijar una hora, respetar el descanso y apoyarse en el equipo invisible —familia, técnicos, fisios, amistades— que hace posible lo cotidiano.

Escenas que se quedan

Conversación sobre deporte e inclusión.

Desde la grada, su carrera deja postales: la salida en silencio, la respiración medida, el toque en la pared y ese segundo en que el cuerpo entiende que ha terminado. Desde dentro, seguramente todo es menos cinematográfico y más concreto: series, tablas, ajustes, días buenos y días suficientes.

La piscina es un lugar extraño: uno está solo y acompañado a la vez. Solo, porque la cabeza va por libre mientras sumas metros; acompañado, porque siempre hay alguien al otro lado del cristal sosteniendo parte de ese esfuerzo. En esa mezcla de silencio y compañía, de precisión y calma, Teresa Perales ha encontrado una forma de estar que otros miran y entienden. Tal vez su victoria más clara sea esa: seguir.

Palmarés de Teresa Perales actualizado a 25 de septiembre de 2025

Hidratarnos es parte del plan.

Juegos Paralímpicos: 28 medallas (7 oros, 10 platas, 11 bronces). Paralímpicos

Mundiales de Natación Paralímpica: 23 medallas (incluye plata en 200 libre S2 en Singapur 2025). Diario AS+1

Europeos de Natación Paralímpica: 44 medallas.

Total internacional: 95 medallas (28 JJPP + 23 Mundiales + 44 Europeos).

Nota de clasificación: Perales compitió la mayor parte de su carrera en S5/SB4/SM5 y, tras una reclasificación por mayor discapacidad, desde 2024 compite en S2.

La constancia que no se ve

Teresa Perales ha hecho de la constancia una manera de estar. No es una promesa de grandeza, es un pacto con los días corrientes. Quizá por eso su historia funciona fuera del deporte: porque habla de volver cuando no apetece, de aceptar los ritmos, de apoyarse en quien toca y de medir el progreso sin ruido. Un largo más, una salida más, un toque más. El resto —las medallas, los titulares, los récords— es la consecuencia visible. Lo importante queda dentro: seguir.

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